Resumen
¡Con qué tristeza amarga sobre la mar elevan
sus cúspides brumosas las islas por doquier!
¡Las islas sitibundas que su calor abrevan
en la onda sofocadas,
batidas por los vientos,
gimientes o calladas,
bajo el flagelo eterno de todos los tormentos,
con aire y asfixiadas
en sus tirantes arcos que nadie ha de romper!...