Resumen
Un día de verano cualquiera, una familia de puertorriqueños y españoles se dirigía al aeropuerto Luis Muñoz Marín. De súbito, alguien se refirió a la canción “En mi Viejo San Juan”, y entonces las distintas generaciones que iban montadas en el vehículo empezaron a entonar unos, conocer otros, la melancólica letra que tan bien interpretó el cantante mexicano Javier Solís. Esa escena familiar, antes de una despedida entre lágrimas por abandonar la llamada “Isla del Encanto”, refleja en cierta medida una unión lírica, sentimental, fraterna entre España y Puerto Rico que se ha ido prolongando tras la pérdida española de las colonias en 1898 y que, por diferentes cuestiones migratorias, ha dejado huellas imperecederas en el mundo de las letras.