Abstract
Los primeros años de la experiencia revolucionaria cubana han sido pensados, en demasiadas ocasiones, desde vectores historicistas cuando no desde ideologizaciones férreas. Esta obsesión por la Verdad del período a veces lo ha
convertido en un desfile de heroicidades de bronce insidiosamente refulgentes. ¿Cómo volver a algunos de los debates de entonces sin demonizaciones en la lengua o trivializaciones en el papel? La Revolución cubana acaecida en 1959
agudizó la necesidad discursiva del campo literario cubano por repensar sus modos de nombrarse y organizarse ante lo que aquélla parecía arrastrar: "la inminencia del futuro". La esfera pública en la Cuba revolucionaria de la década de los sesenta podría leerse como una zona saturada de prácticas discursivas interpeladas por las urgencias, temporal y especialmente inmediatas, que decretaba el proceso institucional revolucionario. La inmediatez de las propuestas públicas de estos años, además, puede relacionarse con una concepción declarativa, en los peores casos, confesional, de la intervención crítica y literaria. La revista cultural Casa de las Américas nos parece un locus idóneo para entrar y salir de algunos de estos modos de discusión intelectual.
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