Resumen
Una parte importante de la teoría e-colonial plantea preguntas sobre cómo las estructuras digitales intentan crear dependencia en los dispositivos digitales, para la obtención de información e para la interacción social. La construcción de carreteras y ciudades no caminables obligaron al público a utilizar al automóvil en el siglo XX: las condiciones digitalizadas intentan vincular la libertad y la acción comunitaria con comportamientos específicos, incluyendo el consumismo y el uso de aparatos físicos que acceden a los espacios digitales. La enculturación pasiva (adquisición de una primera cultura) que sucede por contacto constante con e-espacios, y cómo estas plataformas son instrumentos de ingeniería cultural y social, son ejes importantes de crítica en medio de la hiperdigitización. Mi argumento examina la cognición digitalizada y los proyectos de ingeniería social-neoliberal, planteando soluciones que intentan moderar la severidad y los costos humanos de la marea digital.
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