Resumen
En la República y en las Leyes de Platón, la posibilidad de instaurar un régimen político capaz de evitar el surgimiento de las tendencias responsables de la decadencia y de la profunda crisis moral, política y social de la Atenas de su época, pasa por el sometimiento de la esfera de lo privado a una regulación estricta por parte del Estado. Este esfuerzo se materializa en la elaboración de una serie de estrategias destinadas a canalizar los deseos y a limitar la fuerza de las tendencias que se oponen a la planificación racional de la ciudad. Presidido por una indagación sobre la naturaleza de los deseos y de las pasiones, este esfuerzo está marcado por la conciencia de los límites del discurso racional frente a la naturaleza de los deseos ligados al cuerpo. Sin embargo dicha conciencia se expresa de modo diferente en la República y en las Leyes: mientras que en la primera estos límites se insinúan a través de la autorización que el Estado concede a los magistrados de emplear la mentira y el engaño por el bien de los gobernados, los legisladores de las Leyes inducirán a los ciudadanos a practicar el arte de la disimulación. La práctica del arte de las apariencias en Magnesia da cuenta de una profunda transformación de la concepción de Platón frente a la naturaleza humana y frente a la naturaleza de los métodos destinados a moldearla. Ante la imposibilidad de domeñar la parte animal del alma, la práctica de la disimulación se presenta como una alternativa contra la decadencia y la crisis que los magistrados de Calípolis son incapaces de evitar empleando la mentira y el engaño.Descargas
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