Abstract
¿Podremos leer lnsularismo, sin pensar que falsea a Puerto Rico? ¿No es la ocupación del lenguaje, figurar o desfigurar la realidad para revelarnos algo de ella, a su modo oblicuo, indirecto? ¿Permitiremos que la retórica del libro nos hable a su modo queriendo encontrar nosotros, sus lectores, pequeñas revelaciones opacas? ¿Podremos bordear el aspecto ideológico intentando que no nos ciegue o deslumbre por sus hallazgos - tan relucientes - para buscar zonas un tanto opacas, y construir un experimento de lectura? En un mundo académico de construcciones ydeconstrucciones, donde se escribe no sólo a partir de la muerte de todo valor absoluto, sino del autor como individuo, ¿cómo hemos de leer Insularismo?
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