Resumen
"Aquel trágico buque creado por la superstición báltica y cuya leyenda puso Wagner en música ha reaparecido en el Atlántico", -escribe Vicente Blasco Ibáñez en 1897, en uno de sus incontables artículos contra la guerra Española de Cuba- "hace sus viajes quincenales desde Cuba a España y ostenta en la popa la bandera de la Transatlántica, esa empresa feliz para la cual los infortunios nacionales son negocios y las desdichas de la patria se manifiestan aumentando de un modo considerable los dividendos de los accionistas ...". La guerra de Cuba se presenta como melodrama tremendista de la inepcia técnica de la monarquía española, de la corrupción de los políticos y las clases altas del país, de la cómplice pasividad civil, de la mala conciencia intelectual, en fin, de la miseria española. Incluye comentarios de James D. Fernández.