Abstract
El surgimiento y desarrollo tardío de la clase trabajadora y sus organizaciones se debieron no solo a los tremendos obstáculos de los sistemas de trabajo servil y la esclavitud negra, los lazos de dependencia entre hacendados y campesinos fomentados por el endeudamiento, los pagos en especie o fichas, el paternalismo, etc., sino también a las estructuras políticas conservadoras y coloniales que prevalecieron –salvo varias interrupciones fugaces– durante los primeros 70 años del siglo XIX. Estas dificultaron la integración de los artesanos, los asalariados urbanos y los trabajadores de la tierra (y hasta de los mismos propietarios criollos) a una actividad social y política común. De la misma manera, la ausencia de un mercado nacional de trabajo y de mercancías y la proliferación de la pequeña propiedad y los agregados propiciaron el aislamiento, la dispersión y la ausencia de un espíritu de solidaridad entre los trabajadores.
URI: http://hdl.handle.net/11721/1483