Abstract
Este ensayo sostiene la tesis de que el pasado, antes que conocimiento especulativo acerca del desarrollo de los seres humanos, fue memoria práctica de lo vivido y heredado, aplicada a la sobrevivencia del grupo. Sobrevivir fue durante siglos la meta singular de la mayoría de los seres humanos. De esa experiencia vital nacieron las artes dedicadas a recolectar la memoria del grupo, los procedimientos para almacenarla en medios perdurables y los artefactos para heredarla a generaciones futuras. Este ensayo fue leído como parte de la presentación del libro Memoria indígena: una nueva interpretación del pasado en México, del Dr. Enrique Florescano, Encuentro de revistas "Las revistas académicas y los debates contemporáneos", Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras, 8-10 de marzo de 2000.