Resumen
El abuso sexual infanto-juvenil es considerado como una de las manifestaciones de maltrato en contra de la niñez. Las estadísticas nacionales e internacionales reportan que, tanto la incidencia como la prevalencia de este problema atentan contra la salud pública. Es importante considerar la secuela que puede tener esta experiencia, partiendo de un enfoque de trauma en el desarrollo. Concibiendo esta experiencia como una generadora de trauma, es que teóricos a lo largo del tiempo han propuesto diferentes acercamientos con el fin de comprender sus efectos y desarrollar modelos clínicos que procuren el bienestar de las víctimas. Uno de los enfoques recientes es el neurofisiológico, desde el cual se resaltan las implicaciones a nivel de anatomía y funcionamiento cerebral que tiene esta experiencia unido a la etapa de desarrollo de la víctima. Por lo que resulta pertinente entender cómo este tipo de experiencia produce alteraciones en las estructuras y la neuroquímica cerebral, y como esto a su vez, contribuye a las respuestas cognitivas, afectivas, fisiológicas y conductuales de las víctimas.