Resumen
En este artículo sobre Crónica de una muerte anunciada, pretendemos analizar las lógicas del poder que usurpan la posibilidad de relaciones sanas en lo público, como en lo privado, obnubilando -a su vez- la capacidad del amor y la intimidad. Nos concentraremos en analizar cómo el texto se escribe desde la narrativa del perseguidor y sus lógicas. Nos valdremos de la estética de lo grotesco para dar cuenta del fenómeno unheimlich, que opera en el texto, y bajo el que el narrador como los personajes asumen miradas proyectivas, convirtiéndose en espejos o dobles de la pantalla cultural machista, que el texto intenta exorcizar. Esta estética nos asistirá también como fundamento teórico a la ironía tan característica en la narrativa de este autor y cuyo contrasentido busca subvertir el discurso, exhibiéndolo en todas sus inconsistencias. Importante en este sentido, será la aparente imagen del chivo expiatorio que presenta la novela, que destapa la violencia atroz que se erige en estos sistemas y, específicamente, en el sistema machista, cuyas raíces están ancladas en la cultura y en la religión. Demostraremos que el texto -desde el lenguaje del poder- nos va mostrando los velos que ocultan la agresividad traspasada fantasmagóricamente de generación en generación como profundos traumas heredados y reprimidos. Por tanto, los personajes vienen a ser -en cierta medida- todos perseguidores y perseguidos en este sistema cultural en el que solo se asiste a los binomios del poder. Se verá que la novela, en su afán grotesco, nos exhibirá todo lo que el amor y la libertad personal no son para deshacernos, de una vez, de todas las barreras que se han levantado en su contra.