Resumen
A principio del Siglo XIX, Puerto Rico fue un país con un carácter indefinido, un lugar que comenzó con una serie de inmigraciones. El decreto Real de la Corona de España, la Cédula de Gracias de 1815, promovió con tenacidad una política de emigración entre sus ciudadanos en el Continente Sur Americano o Latino América, como, también, en la Madre Patria, España, de refugiados y extranjeros de Europa, América del Norte y la zona del Caribe. El nuevo Puerto Rico que emergió, creado por los inmigrantes durante este siglo, como un productor importante de azúcar en las Américas, surgió de varios linajes: exilados, disidentes, esclavos y ex-esclavos, además, aventureros; así, como, gran cantidad de gente perseguida y vulnerable, ricos y pobres, de economías o regímenes decaídos, como también de luchas y guerras.