Abstract
Una sola vez aflora la «espinela negra» del título del libro del peruano Raúl Castañeda, en el poema titulado «Tus ojos», dedicado a la hija del poeta, llamada Jade. Nombre hermoso, de preciosa piedra sagrada. El poema abre con un pleonasmo ─«Oscuras sombras»─; se ambienta, al parecer, en un espacio evasivo, con mezquita y sicomoro, espacio oriental, bíblico, sereno. Costas, que se reiteran en el libro. En la noche, el ave rapaz asecha, mientras la espinela negra, mineral cristalino, se hunde bajo las arenas. El umbral rechazado de la mezquita deviene limen entre lo sagrado y lo profano, entre lo interior y lo exterior, como si el sujeto lírico se moviera de la interioridad del ser al precipicio de la existencia. Así podría entenderse la búsqueda en esos ojos que se ocultan en los versos; una salida que, a su vez, es una forma de sumergimiento en el abismo...
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