Resumen
En una carta enviada desde Nueva York, José Martí le escribe al escritor dominicano Manuel de Jesús Galván lo siguiente: ''Leyenda histórica no es eso; sino novísima y encantadora manera de escribir nuestra historia americana".2 Estas palabras de elogio se refieren por supuesto a la novela Enriquillo que publicara este último en 1882. A partir de ese momento los escritores dominicanos, vinculados a la tradición latinoamericana de la novela histórica, no cesaron en su preocupación por la re-escritura de la historia dominicana. Se podría decir que no existe un sólo período histórico que no haya sido decantado, de alguna manera, en la literatura dominicana. Escritores contemporáneos como Pedro Mir, Carlos Esteban Deive, Freddy Prestol Castillo, Marcio Veloz Maggiolo y Pedro Vergés —para sólo mencionar algunos nombres de una interminable lista— han trabajado, a partir de visiones particulares y diferentes estilos, una que otra parcela de la intrincada historia dominicana.3
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