Abstract
El presente trabajo busca poner a la luz los diferentes problemas emprendidos al hablar de las terapias cognitivo-conductuales (TCC) frente a la propuesta del psicoanálisis. Para tocar dichos avatares es pertinente un recorrido sobre aquello que fundamenta el abordaje clínico tanto de una como de otra teoría, es decir, el sustrato epistemológico que evidencia la manera en que cada una organiza su saber y cómo, posteriormente, adecua su práctica. De lo anterior, cabe la aclaración sobre el objetivo de este esquema de trabajo, puesto que muchas veces se recurre a la crítica descalificadora sin ningún grado de argumentación epistémica al respecto; la apuesta sociológico-económica como explicación central desde muchos psicoanalistas acerca del repunte en algunos países de las TCC, muchas veces no logra afrontar el elemento central del debate entre éstas y el psicoanálisis. A manera de ejemplo, mencionemos la guerra de descréditos suscitada por las apariciones del Libro Negro del Psicoanálisis (2005) y su respuesta: El Libro Blanco del Psicoanálisis (2006); donde se presentan varios ataques entre analistas y practicantes de las TCC respectivamente, discutiendo desde la lógica que cada uno profesa en su clínica, pero sin retomar la base teórica que las diferencia al darse por sabida. Desde el psicoanálisis, suponer una carencia de elementos que fundamenten una epistemología en la base de las teorías conductual y cognitiva, lleva a una desautorización del mismo modo que, en aras de una crítica al modelo socioeconómico, el psicoanálisis ataca a la ideología capitalista de la época; por lo que la mayoría de textos que se producen por partes de algunos analistas, refleja una actitud muy cercana al desmerecimiento que muchos teóricos de las TCC atribuyen a la clínica psicoanalítica por no arrojar datos empíricamente demostrables, aún cuando sabemos que desde Freud y pasando por Lacan, la idea de objetividad es simplemente otra que aquella que busca el modelo experimental. A su vez, otorgando un grado de responsabilidad desde el interior del psicoanálisis, se observará, como menciona Assoun (1982), que de las lecturas elaboradas por algunos analistas han surgido reflexiones que permitieron la creación de las TCC en un afán de reformulación de los preceptos freudianos, tratando de traducirlos a un lenguaje científico-experimental. Al final de este recorrido podremos (tal vez) llegar a elucidar un nuevo esquema posible de diálogo entre ambas disciplinas, sin que necesariamente se caiga en un eclecticismo como ocurre en algunos países como intento de sumar fuerzas, o en una amplia discordancia que se quede en una guerra donde los opuestos tengan que ganar o morir1.Downloads
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