Abstract
Durante el siglo XIX grupos intelectuales (que a la vez eran terratenientes y profesionales) de Cuba y Puerto Rico manifestaron un sólido sentido de identidad nacional. El potencial nacionalista de ambas islas mereció la atención de historiadores como Ramiro Guerra Sánchez, quien observó en 1927 la peculiaridad del Caribe español y su supuesta capacidad para convertirse en naciones independientes, a diferencia de las otras islas caribeñas, que para entonces (1927) no presentaban una dinámica social nacionalista. Guerra Sánchez atribuyó este hecho a la presencia de un importante contingente de población de origen español en Cuba y en Puerto Rico.