Resumen
Mientras varios imperios recurrieron a la tolerancia religiosa como un medio de integración de poblaciones heterogéneas que estaban sometidas a un gobernante absoluto, el imperio español y el portugués utilizaron la política de unidad e intolerancia religiosa. Este artículo examina la política de la intolerancia religiosa en el contexto de la teología y el impulso misionero, pero también en lo referente a las necesidades comerciales y políticas del Estado. Propone que la ortodoxia intensificó la exclusividad comercial como mecanismo de afianzar la lealtad de sus colonias, pero al mismo tiempo que esto ocurría, surgieron voces disidentes que reclamaban la libertad de conciencia, particularmente en el Caribe donde los intereses locales vinculados al contrabando socavaban la exclusividad religiosa. Hacia fines del siglo XVIII, cuando ocurrieron importantes cambios políticos, la religión fue vista cada vez más como un elemento de seguridad por parte de los sectores tradicionales. "Inquisición" y "tolerancia" representaron dos conceptos contradictorios en una sociedad involucrada en luchas políticas y culturales que continuaron a lo largo del siglo XIX.
URI: http://hdl.handle.net/11721/1512