Resumen
El punto de partida de este artículo para adentrarse en la representación de la enfermedad como castigo divino, es el análisis de la documentación relacionada con la epidemia de cólera que se inició en Puerto Rico en noviembre de 1855. Si bien el discurso médico decimonónico insistía en las teorías miasmática y contagionista, el común de la población consideraba que la causa de aquel terrible mal era el castigo de Dios por sus pecados. Esta creencia colectiva propiciaba la realización de rogativas y de otras celebraciones religiosas, con el fin de acabar con las epidemias. Sin embargo, más allá de esas celebraciones, en la documentación referida se puede identificar el papel de la solidaridad y la ayuda comunitaria en la salvaguarda de la vida de las personas y de la sociedad.