Resumen
Este experimento abarcó 3 fases sucesivas en la crianza de novillas Holstein en Corozal, en pastos polifitos, abonados con 168, 56 y 112 kg anuales de N, P2O5, K20, respectivamente, en 3 repeticiones. La edad y el peso vivo (LW) medio iniciales fueron 9 meses y 167 kg. Durante la fase 1 (91 días), 39 animales testigo, pastando a 5 cabezas/ha y sin suplementación, arrojaron un aumento diario de peso de 0.41 kg, menor (P < 0.01) que el de otro grupo igual, suplementado con 2 kg diarios de alimento concentrado con 14% de proteína bruta (0.64 kg). Sin embargo, hubo un consumo exagerado de 8.6 kg de alimento concentrada por kg de aumento adicional al del testigo. Durante la fase 2 (182 días), 32 novillas pastadas a 4 cabezas/ha aumentaron menos (P < 0.01) por cabeza que 24 animales a 3 cabezas/ha (0.53 contra 0.59 kg diario), pero el aumento total por hectárea fue 16.4% mayor en las 32 novillas a 4 cabezas per hectárea. Durante 259 días de la fase 3, mientras 3 grupos de 27 novillas se mantuvieron intactos, pastar solamente a 3.75 cabezas/ha (tratamiento 1) arrojó un aumento menor (P < 0.01) que los de los tratamientos 2 y 3, que incluyeron pienso concentrado a razón de 2.5 ó 4 kg diarios comenzando 200 ó 125 días antes del parto (0.57 contra 0.64 y 0.62 kg, respectivamente), pero la eficacia de la suplementación para inducir aumentos que rebasaran el del testigo fue muy baja. Durante 259 días el peso medio (LW) aumentó de 318 kg (en los 3 grupos) a 485, 513 y 497 kg en los tratamientos 1, 2 y 3, respectivamente. Los integrantes de estos dos últimos grupos siguieron recibiendo pienso concentrado luego de regresar a sus fincas de origen en Cayey y Manatí hasta el primer parto, luego del cual todos los animales se sometieron al cuido corriente del hato. La producción media de leche durante 305 días de la primera lactancia fue de 4,292 kg por 18 animales testigo de la fase 3, lo cual superó, pero no significativamente (P > 0.05) a las producciones de 3,771 y 3,869 kg de 16 y 17 animales previamente en los tratamientos 2 y 3, respectivamente. Se concluye que la densidad de apacentamiento utilizada fue la idónea en cada etapa, según la capacidad de los pastos, y que la suplementación con piensos concentrados fue innecesaria bajo estas condiciones.