Título en español.
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Fox, R. H., H., & T. W. (1975). Título en español. Journal of Agriculture of the University of Puerto Rico, 59(2), 115–124. https://doi.org/10.46429/jaupr.v59i2.10617

Resumen

En dos suelos Ultisol, localizados en el interior de Puerto Rico, se llevaron a cabo experimentos para determinar los requisitos de nitrógeno del cultivar Llanera de yuca (Manihot esculentaCrantz) rica en proteína y oriunda de Colombia, América del Sur. Este cultivar parece ser sensitivo a las horas luz, pues el crecimiento vegetativo cesó de mediados de noviembre a mediados de febrero, cuando los días eran de menos de 11 1/2 horas. En Corozal, en un suelo Humatas, de mediados de marzo a mediados de diciembre el crecimiento vegetativo respondió marcadamente a aplicaciones de nitrógeno, mientras que el desarrollo de raíces respondió moderadamente a estas aplicaciones. Aplicaciones elevadas de nitrógeno indujeron una baja proporción de raíces a follaje (.67 a .87), pero tomando en cuenta lo observado en el experimento sembrado en Cidra, se presume que la proporción de raíces a follaje hubiese aumentado si la plantación hubiese continuado creciendo. La aparente recuperación del nitrógeno fue elevada (de 68 a 69 por ciento) cuando éste se aplicó a razón de 40 y 80 Kg/Ha. En Cidra, en una arcilla Torres, donde la plantación se desarrolló de mediados de junio al siguiente mes de mayo y que permaneció latente durante los tres meses de invierno, no hubo respuesta al nitrógeno; el rendimiento de tallos y hojas fue más bajo, pero la proporción de raíces a follaje fue más elevada (1.37, como promedio) y no fue afectada por las cantidades aplicadas de nitrógeno. La falta de respuesta a las aplicaciones de nitrógeno se deben a la riqueza de nitrógeno asimilable de dicho suelo. El rendimiento máximo de raíces fue de 23 Tm./Ha. en Corozal y de 33 en Cidra. Las plantas en los tratamientos de rendimiento más elevado extrajeron de 125 a 175 kilogramos de nitrógeno por hectare. Presumiendo que todo el nitrógeno fuese proteico, las raíces sin pelar contenían un promedio de 3.4 por ciento y las peladas 2.3 por ciento, a base de peso seco. El contenido en nitrógeno aumentó ligeramente cuando se aplicaron cantidades más elevadas de nitrógeno. El contenido en nitrógeno de las cuarta y quinta hojas, tomadas al mes y a los dos meses y medio después de la siembra, correlacionó muy bien con el rendimiento de raices en Corozal (R= .99 en las aplicaciones de 0 a 160 Kg./Ha.). Al parecer las hojas de este cultivar deben tener no menos de 5 por ciento de nitrógeno a los 2 1/2 meses después de sembrado para lograr rendimientos máximos.

https://doi.org/10.46429/jaupr.v59i2.10617
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