Resumen
En 1900, la ciencia en España era irrelevante. Para resolver esa situación, se funda, en 19 7, la Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas -JAE-, que desarrolló una intensa política de becas al extranjero e impulsó la creación de centros de investigación. La guerra civil frenó en seco la consolidación de un sistema científico en España. Las bases ideológicas y culturales de la dictadura de Franco representaron un retroceso de alcance histórico para el débil y frágil entramado científico español. El exilio dio lugar a una descapitalización que tardó decenios en ser solventada. El coste resultó abrumador; se perdió un valioso capital humano del que España no estaba sobrada. América desplegó su solidaridad con los exiliados españoles: México, Argentina, Cuba, Estados Unidos y Puerto Rico, entre otros países americanos, destacaron en la acogida de científicos e intelectuales españoles. La labor de personas como Alfonso Reyes, en México, y Federico de Onís, en los Estados Unidos, fue fundamental; lo que la España franquista despreció y persiguió, fue acogido y rindió sus frutos en tierras americanas.This work is licensed under a Creative Commons Attribution-NonCommercial 4.0 International License.
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