Resumen
El artículo "La Tragedia de los Comunes" de Garrett Hardin nos ofrece un conjunto de lecciones contra-intuitivas. La más sobresaliente de éstas expone una clase de problemas para los cuales no existe una solución técnica. La recomendación de Hardin, ignorada por los economistas, es que una educación continua debe ir acompañada de la nueva restricción en el uso de los recursos comunales. El tratamiento de los recursos genéticos ilustra claramente esta situación. Aunque la Convención sobre la Diversidad Biológica se ratificó en 1993 y derrocó de jure el "acceso abierto" a los recursos genéticos, la nueva restricción no resultó en un acceso y distribución justa y equitativa de los beneficios dimanantes de su utilización (ABS, por sus siglas en inglés). Las naciones, ahora soberanas sobre sus recursos genéticos, se enfrascaron en una guerra de p recios que reestableció de facto el acceso abierto a los recursos genéticos. Ello se debió a que por efectos de la competencia el precio se redujo a su costo marginal. Para lograr una distribución equitativa, el público debe entender cómo los gobiernos, actuando en conjunto, pueden prevenir la tragedia. En este contexto, la educación es una condición necesaria. Para ello, se propone crear una red de museos, con su núcleo en San Juan, Puerto Rico, dedicados a la bioprospección, a los derechos de la propiedad intelectual y al conocimiento público.Descargas
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