Resumen
Las inversiones y los inversionistas correspondientes al capital doméstico con predominio hispano-cubano estuvieron enmarcados en un sector formado al amparo del dominio colonial español, que hasta su declive a partir de 1930 mantuvo una importante cuota de poder económico e influencia política en la república. Ese sector participó en el proceso de modernización de la industria cubana desde las décadas finales del siglo XIX. A diferencia de las otras entidades controladas por capitalistas extranjeros que operaban de manera estable en la isla, los centros encargados de dirigir la gestión empresarial de las entidades hispano-cubanas estuvieron domiciliados en el país y se encontraban sólidamente arraigados en el territorio y en la sociedad cubanas, formando parte de su identidad cultural a escala nacional, regional o local. El presente artículo examina las características y peculiaridades de este capital y su evolución.