Resumen
Un semillero de cítricos se sembró en agosto de 1984 en la costa occidental de Barbados. Antes de sembrarlo e inocularlo con hongos micorrizógenos vesiculares (HMV) la mitad del semillero se fumigó con bromuro metílico. Cuatro semanas después de la fumigación, las dos mitades se sometieron a cuatro tratamientos: Glomus intraradices, G. mosseae, hongos HMV indígenos y un testigo sin inocular. El crecimiento vigoroso inicial de los arbolitos en la mitad sin fumigar sugiere que los HMV indígenos habían colonizado y estimulado el crecimiento antes que en los tratamientos en la mitad fumigada. Tres meses después de la inoculación las plantas en las dos secciones crecían bien. En la sección fumigada la aplicación de las especies de Glomus, introducidas de Florida, mejoraron significativamente el crecimiento de los arbolitos. Esto ocurrió a pesar de que la infección en las raíces testigo era muy parecida a la de las raíces sin inocular. El estudio sugiere que, cuando sea posible, se alternen las aplicaciones de fungicidas que no sean perjudiciales a los hongos HMV en vez de aplicar bromuro metílico para que estos hongos perduren en suelos agrícolas.