Título en español

Resumen

Los contenidos de los nutrimentos nitrógeno, fósforo, potasio, calcio y magnesio por la cultivar de yuca Llanera se determinó en un suelo Corozal arcilloso (Ultisol) a tres niveles de fertilidad. La mitad del abono se aplicó un mes después de la siembra, y el remanente 3 meses más tarde. Los tratamientos se compararon con un diseño de cuatro bloques completos. Mensualmente, comenzando 3 meses después de la siembra, se cosechó una planta de cada parcela. Esta se dividió en hojas, tallos y raíces, determinándose los pesos verde y seco, y analizándose cada parte para distintos nutrimentos. Los tres niveles de fertilidad no afectaron la producción de raíces comerciales, que fue de 37.5 toneladas métricas/ha a los 10 meses de la siembra. Las plantas llegaron a contener un máximo de 204, 12, 222, 86, y 33 kg/ha de nitrógeno, fósforo, potasio, calcio y magnesio, respectivamente. Los contenidos de nitrógeno y potasio fueron altos, el de calcio intermedio y los de fósforo y magnesio bajos, durante todo el ciclo de crecimiento. El contenido de materia seca en los tallos y raíces aumentó con la edad de las plantas, pero el de las hojas bajó señalamente después de los 6 meses, estabilizándose luego de los 8 meses. El contenido de nutrimentos fue siempre mayor en las hojas todo el tiempo. Cálculos basados en el contenido de nutrimentos en la yuca, la cantidad de los mismos disponibles en suelos Ultisols típicos en Puerto Rico y las pérdidas de nutrimentos aplicados como abono, demuestran que para obtener rendimientos aproximadamente máximos de la yuca es necesario aplicar 272, 32, 249, y 50 kg/ha de N, P₂0₅, K₂0, y MgO, respectivamente, equivalentes a alrededor de 2,000 kg/ha de un abono comercial 14-2-13-3. Este abono debe aplicarse en dos partes iguales 2 y 6 meses después de la siembra. Los contenidos de 4.3, 0.12, 1.8, 1.4, y 0.4% de nitrógeno, fósforo, potasio, calcio y magnesio, respectivamente, en las hojas de yuca indicaron un nivel adecuado de abonamiento.