Resumen
Ni la dureza, ni el alto contenido de lignina de una madera evita que ésta pueda ser atacada por la polilla. La inmunidad de las llamadas maderas resistentes a la polilla proviene de algún constituyente químico específico, que hallándose comparativamente en pequeñas cantidades en ciertas maderas, las hace tóxicas, o por lo menos indeseables a los insectos. Un ejemplo puede ser la tectoquinona que se encuentra en la teca de la India Oriental. Estas substancias, extraídas de la madera, pueden usarse como insecticidas, según se hace con la Ryania, la cual se origina de la Ryania speciosa. También pueden usarse para impregnar maderas susceptibles a la polilla para inmunizarlas contra los ataques de este insecto. El Conrado Asenjo, de la Escuela de Medicina, se ha venido ocupando últimamente en extraer estas substancias de la caoba antillana.Descargas
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