Título en español.

Resumen

Durante la campaña para la construcción de silos, los agentes de campo del Departamento de Agricultura y Comercio y del Servicio de Extensión Agrícola se enfrentaron con el problema de tener que hacer recomendaciones en cuanto a los beneficios relativos del techado de los silos de torre y el uso de cubiertas para los de trinchera. El problema surgió cuando una firma local empezó a construir silos de torre, sin techo, y cuando se pensó en el costo de cubrir los silos grandes de trinchera con el consiguiente trabajo que significaría remover esa cubierta al empezar a usar el ensilaje. Para dilucidar este problema, se llevó a cabo un experimento cuyo objetivo fué determinar si era necesario cubrir los silos de trinchera y si se hacía indispensable el techo en los silos de torre, tomando en consideración la cantidad de ensilaje que se dañara en su parte superior y la calidad del resto del ensilaje usable. Se determinó que es necesario cubrir los silos de trinchera. Es tanta la superficie que se expone a la intemperie en estos silos que la cantidad de ensilaje que se deteriora resulta muy grande. De los resultados de este experimento, también se determinó que los silos de torre no necesitan techo porque no se obtuvo mejor calidad de ensilaje ni se aminoraron las pérdidas de ensilaje en su parte superior con su uso. No obstante, si se va a usar equipo para disponer del ensilaje el techo protegería el mismo. Otra ventaja que se observó en el experimento, en cuanto a la ausencia de techo en los silos de torre, fué que bajo estas condiciones se puede llenar el silo hasta sus bordes, permitiendo apisonar bien el material. Los mismos resultados se obtienen usando techos del tipo dómico. Los techos planos no permiten llenar el silo hasta los bordes porque esto hace imposible, a ese nivel, que los obreros puedan apisonar bien el material dentro del silo.