Resumen
Alimentos concentrados que contenían grasas con diferentes índices de saturación se añadieron a la dieta de cuarenta vacas Holstein; éstos se ofrecieron dos veces al día a razón de 0.5 kg/kg de leche producida, para evaluar respuestas productivas. Las vacas recibieron una dieta pre-tratamiento por dos semanas, comenzando en la segunda semana de lactancia. Los datos obtenidos durante dicho periodo de tiempo se utilizaron para subsiguientes análisis de co-varianza. Las vacas se agruparon en bloques de acuerdo al número de lactancias (1ra o ≥ 2), fecha de parto, producción previa de leche (multíparas) o producción de leche durante el periodo pre-tratamiento (primíparas). Durante el periodo de comparación de seis semanas las vacas se asignaron al azar a uno de los siguientes tratamientos: concentrado sin grasa añadida (C); con 5.9% de grasa añadida no saturada de cebo de res (T, nivel bajo de saturación); una mezcla de 50:50 de cebo de res y grasa saturada artificialmente (T-PHT, nivel intermedio de saturación); o con grasa saturada artificialmente (PHT, nivel alto de saturación). Se asumió un consumo promedio de forraje en pastoreo de 5 kg/día de materia seca en todos los tratamientos, y en las dietas suplementadas se sustituyó parcialmente el maíz partido por grasa animal. El contenido de energía neta estimado de las dietas experimentales fue de 1.54 y 1.63 Mcal NEL/kg para las dietas control y con el suplemento de grasa, respectivamente. El consumo de alimento concentrado (12.4, 13.1,12.5 y 13.1 kg/día para C,T, T-PHT y PHT, respectivamente) en promedio tendió a ser mayor en las vacas con el suplemento de grasa (P = 0.09) y respondió en forma cuadrática al nivel de saturación de grasa (P < 0.05). No hubo efectos de tratamientos sobre la producción de leche (25.5, 24.9, 25.1 y 25.6 kg/día). En general, los porcentajes de grasa en la leche fueron bajos y no se afectaron con los tratamientos (2.71, 2.69, 2.79 y 2.69%, respectivamente), mientras que los porcentajes de proteína tendieron a ser menores en las vacas con el suplemento de grasa comparado con aquellas en la dieta control (2.87, 2.75, 2.74 y 2.69%; P = 0.09). La eficiencia para producción de leche ajustada para 4% de grasa no se afectó por la adición de grasa a la dieta (P > 0.05; 1.61,1.55,1.77,1.56 kg de leche/kg de alimento concentrado, respectivamente), pero respondió en forma cuadrática (P < 0.05) al nivel de saturación de la grasa. No se observaron diferencias asociadas con los tratamientos, en la evaluación de la condición corporal de las vacas. El cambio en peso corporal de las vacas no se afectó con la adición de grasa; sin embargo, entre las vacas con el suplemento de grasa el cambio en peso corporal tendió (P = 0.07) a variar inversamente con el nivel de saturación de la grasa. La inclusión de grasas en el alimento concentrado de vacas bajo condiciones de pastoreo aparenta ser beneficiosa para el consumo de alimento concentrado y tiene efectos menores en el comportamiento productivo.