R|EDUCA

Revista de Educación de Puerto Rico
ISSN 2689-2944

Desarrollo histórico de las Escuelas Laboratorio de la Facultad de Educación, Universidad de Puerto Rico

Javier Carrión-Guzmán, Ed.D.
Germie Corujo-Martínez, Ed.D.
María de Lourdes Mendoza-Bas, M.Ed.
Richard Román-Spicer, Ed.D.
Eric Colón-Febus
Johanna Burgos-Carrasquillo

Escuela Elemental de la UPR
Facultad de Educación
Universidad de Puerto Rico
Recinto de Río Piedras

Resumen
El presente estudio tuvo como propósito investigar y analizar las historias de las Escuelas Laboratorio (EL) de Facultad de Educación Eugenio María de Hostos de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras (UPRRP). Las cinco instituciones académicas son: la Escuela Elemental, la Escuela Secundaria, la Escuela Maternal, el Centro de Desarrollo Preescolar, y el Laboratorio de Infantes y Maternales. Se estudiaron los orígenes, fundamentos y propósitos para su creación. El trabajo fue de naturaleza cualitativa e integró como diseño el estudio histórico. Se hizo una revisión de informes anuales y de fuentes documentales históricas localizados en el Archivo Central de la UPRRP. Finalmente, se realizaron grupos focales con directores y profesores de dichas escuelas. Los hallazgos responden a las preguntas de investigación que se refieren a la descripción de los orígenes de las EL y su asociación con la misión de la Universidad.

Palabras clave: Escuelas Laboratorios, Facultad de Educación, Escuela Elemental, Escuela Secundaria, Escuela Maternal, Centro de Desarrollo Preescolar, Laboratorio de Infantes y Maternales

Abstract
The purpose of this study was to investigate and analyze the histories of the Laboratory Schools (EL) of the College of Education Eugenio María de Hostos of the University of Puerto Rico, Rio Piedras Campus (UPRRP). The five academic institutions are: the Elementary School, the Secondary School, the Nursery School, the Preschool Development Center, and the Infant and Maternity Laboratory. The origins, foundations and purposes for its creation were studied. The work was qualitative in nature and used the historical study as a design. A review of annual reports and historical documentary sources located in the Central Archive of the UPRRP was carried out. Finally, focus groups were conducted with principals and teachers from these schools. The findings relate to the research questions that refer to the description of the origins of the ELs and how they respond to the University’s mission.

Keywords: Laboratory Schools, College of Education, Elementary School, Secondary School, Nursery School, Center for Preschool Development, Laboratory for Infants and Maternity

Recibido: 14-05-2019 | Última revisión: 20 ene 2023 | Aceptado: 30-01-2023 | Publicado: 08-03-2023
Correspondencia: Javier Carrión-Guzmán <javier.carrion@upr.edu>


Introducción

Las Escuelas Laboratorio (EL) adscritas a la Facultad de Educación Eugenio María de Hostos (EMH) de la Universidad de Puerto Rico (UPR), Recinto de Río Piedras (UPRRP), han sido, para muchos maestros, profesores e investigadores1, lugares de divulgación y experimentación de prácticas noveles en el campo de la educación. Más aún, han sido pilares en el desarrollo de programas académicos y se han convertido en centros para la réplica de proyectos e innovación educativa. Por ello, este artículo pretende darles visibilidad, al destacar su desarrollo histórico y el impacto que han tenido en la educación del país, visto desde la perspectiva de las EL como unidades significativas que constituyen parte integral de la universidad pública del estado.

La investigación surge como una iniciativa de un grupo de docentes y estudiantes interesados en documentar el origen, las características y el desarrollo de las escuelas laboratorio. Estas son: la Escuela Elemental (EE), la Escuela Secundaria (ES), la Escuela Maternal (EM), el Centro Desarrollo Preescolar (CDP), y el Laboratorio de Infantes y Maternales (LIM). Asimismo, analiza sus fundamentos en relación con la Facultad de Educación y otras facultades de la UPR. Además, revela proyectos innovadores y multidisciplinarios implantados exitosamente y basados en las experiencias sociales, culturales y educativas de la isla.

Trasfondo inicial

A lo largo de su historia, los principios rectores de las Escuelas Laboratorio han estado plasmados en la creación e innovación de currículo, investigación, desarrollo interdisciplinario, adiestramiento al maestro practicante y al docente, al igual que en proyectos noveles. La pertinencia de dicha existencia queda evidenciada mediante informes, certificaciones, proyectos interuniversitarios y planes gubernamentales universitarios.

Parte de la documentación histórica sobre la evaluación de las EL data de la década de 1980, cuando el Senado Académico del Recinto de Río Piedras aprobó la Certificación Núm. 38 (1980-1981) con la intención de reevaluar estos centros académicos. Dicha solicitud hacía referencia a funciones, problemas, proyecciones, niveles de articulación, coordinación y desarrollos curriculares (Senado Académico, 1980, pp. 1-2). El resultado del informe, que incluye datos de la Escuela Elemental, la Escuela Secundaria y la Escuela Maternal, tardaría una década en concluirse.

En 1992, durante el decanato de la Dra. Diana Rivera Viera, (1992-1998), se sometieron los informes al Senado Académico con las recomendaciones. Sin embargo, no se evidencian los resultados sobre la discusión o aprobación que haya habido en dicho cuerpo en pleno. Un año más tarde, el senado revisó y analizó varios documentos sobre las EL, en los que identificó tres aspectos fundamentales para su operación como centros de práctica docente: la planta física, el personal docente y los aspectos relacionados con la investigación e integración. Estos eran fundamentales para la atención inmediata y el desarrollo futuro de las escuelas (Dreyfus et al., 1993). Una década más tarde, los trabajos seguían inconclusos.

Para 2007, se realizaron otras investigaciones a fin de identificar los logros de las Escuelas Laboratorio, enmarcadas en cuatro aspectos generales: (1) preparación y solidez de sus docentes; (2) alta cantidad de estudiantes con éxito universitario en pruebas estandarizadas y admisión a universidades; (3) solidez en los aspectos curriculares, extracurriculares, creación e investigación, y (4) participación de la comunidad escolar y exalumnos (Molina Iturrondo, 2009). Sin embargo, aún persistían problemas de planta física y aspectos administrativos que hasta el momento son clave para su desarrollo futuro.

El decanato de la Dra. Ángeles Molina Iturrondo (2002-2008) prestó atención particular a lidiar con los problemas de las EL. Así, estableció una dirección para atender administrativamente asuntos de importancia, además de proponer la creación de la Oficina del Decano Asociado de las Escuelas Laboratorio de la Facultad de Educación. Mediante dicha oficina, se unificó, de manera administrativa, la EE y la ES. No obstante, omitió la EM, el CDP y el LIM, pues siempre habían funcionado como unidades dentro del esquema administrativo de la facultad. Estos procesos “consolidarían aspectos administrativos, reducirían personal y facilitarían la coordinación de proyectos interdisciplinarios y la colaboración entre las escuelas” (Molina Iturrondo, 2009). La finalidad fue facilitar la coordinación de tales asuntos entre las cinco unidades. Sin embargo, a 30 meses de establecerse el plan piloto, este fue retirado y se retomó la estructura tradicional de dos directores por escuela.

Posteriormente, durante el año académico 2008-2009, la Facultad de Educación comenzó a redefinir las EL. Este nuevo esfuerzo conllevaría varios procesos de reflexión y análisis dentro de la comunidad escolar. Como resultado, los docentes implantaron un documento para definir el rol de las EL dentro del sistema de la UPR, el cual estableció que dichos centros académicos “son escenarios para la creación, la investigación de modelos de las mejores prácticas educativas” (Molina Iturrondo, 2009). A tales efectos, la facultad propuso como métrica que las EL tuvieran como finalidad “transformar las prácticas educativas, aspectos del desarrollo curricular, evaluación y creación de ambientes de aprendizaje y de integración de tecnologías emergentes” (Definición de las Escuelas Laboratorio de la Facultad de Educación, 2009, p. 1).

En años más recientes, el Senado Académico aprobó el Informe Final del Comité Especial para estudiar la situación de las Escuelas Laboratorio de la Facultad de Educación (Senado Académico, 2014). Con esta normativa, se constituyó un comité que tendría a cargo evaluar el estado de la EE y la ES. Dicha comisión celebró vistas públicas para las cuales se formularon unas preguntas guía que causaron controversia entre la comunidad escolar, pues se planteaba la posibilidad de que la administración de ambos planteles pasara a manos del Departamento de Educación de Puerto Rico o del Municipio de San Juan. La entonces rectora interina del Recinto de Río Piedras, Dra. Ethel Ríos Orlandi, aclaró que los propósitos de la evaluación que realizaba el Senado Académico sobre el particular era documentar y examinar cómo se podían allegar otros esfuerzos de colaboración con las escuelas. Finalmente, se produjo un informe con recomendaciones dirigidas a fortalecer, nuevamente, la planta física y aspectos administrativos. Sin embargo, no hubo recomendaciones con respecto a los procesos curriculares.

Como resultado del informe, se ofrecieron alternativas para evaluar los criterios de admisión y la manera de obtener fondos recurrentes para el financiamiento de ambas escuelas (Senado Académico, 2016). Debido a que no se incluyeron la EM, el CDP y el LIM, estos últimos continuaron operando como centros y unidades de trabajo dispersas que, en ocasiones, no eran vistas propiamente como escuelas laboratorio.

Este breve recuento confirma que urge documentar, más profundamente, los orígenes, fundamentos y propósitos de las escuelas laboratorio para que los diferentes sectores de la comunidad universitaria conozcan y reconozcan su aportación a la sociedad puertorriqueña.

Método

En este trabajo, documentamos la trayectoria histórica de las Escuelas Laboratorio. Asimismo, llevamos a cabo un examen y análisis de sus fundamentos y propósitos partiendo de la revisión de informes anuales y documentos históricos localizados en el Archivo Central de la UPRRP. Además, organizamos varios grupos focales, en los que participaron directores y profesores de las escuelas. Los hallazgos responden a las preguntas de investigación que se refieren a la descripción de los orígenes de las EL y cómo se relacionan con la misión de la universidad. Para este artículo, se responde a todas las preguntas de investigación, a excepción de la vinculada con aspectos curriculares, pues tal asunto será documentado en un trabajo posterior.

Diseño

Como mencionáramos anteriormente, esta investigación tuvo como escenario las cinco Escuelas Laboratorio que forman parte de la UPRRP. Además de su naturaleza cualitativa, combina el estudio histórico como parte del diseño.

La metodología cualitativa incorpora una visión multicultural, histórica y social en la investigación, junto al conocimiento de los datos y la teoría (Garfinkel, 1967; Straus & Corbin, 1998). Estos se sustentan con el análisis de las creencias y mentalidades, los mitos y prejuicios que puedan tener los participantes para producir conocimiento a partir de sus vivencias y experiencias (Guardián-Fernández, 2007). Los datos crudos cualitativos se caracterizan por darnos una información detallada y profunda de los acontecimientos, que se entrelazan de forma cronológica y dialógica. Asimismo, nos permiten registrarlos para entender-comprender a las personas en sus propios términos, lo que nos conduce a descubrir qué significa la vida para ellas, qué significan sus experiencias y sus interacciones, en sus propios términos y en su ambiente natural (Guardián-Fernández, 2007).

Entre los métodos cualitativos de investigación, el grupo focal se destaca por ser una técnica efectiva para recopilar información. Este puede definirse como una discusión cuidadosamente diseñada para obtener las percepciones de los participantes sobre un área de interés en particular (Krueger, 1991). En este sentido, Lucca Irizarry y Berríos Rivera (2009) la describen como una reunión de personas con experiencias y vivencias similares que el investigador guía en torno a un tópico determinado. La información que se obtiene, pues, proviene de la interacción de los participantes (Morgan, 1997; Morgan & Krueger, 1998). Además, Edmunds (1999) recalca que los grupos focales permiten captar los comentarios subjetivos y evaluarlos, proveyendo un entendimiento de las percepciones, los sentimientos, las actitudes y las motivaciones. Su objetivo es descubrir una estructura de sentido compartida, si es posible consensualmente, o, en todo caso, bien fundamentada por los aportes de los participantes del grupo (Martínez Miguélez, 2004). En el caso de esta investigación, las transcripciones de los diálogos producto de los grupos focales fueron documentadas ad verbatim, siguiendo los protocolos y autorizaciones aprobadas por el Comité Institucional para la Protección de los Seres Humanos en la Investigación (CIPSHI, por sus siglas en inglés). En total, se realizaron tres grupos focales: uno con los directores y otros dos con miembros del profesorado.

La investigación histórica, por su parte, está basada, principalmente, en la consulta de fuentes, que pueden incluir libros, revistas y periódicos, entre otros recursos similares (Lucca Irizarry & Berríos Rivera, 2009). También se fundamenta en información que proviene de la consulta de documentos, entendiéndose este término, en sentido amplio, como cualquier material de índole permanente. Este artículo presenta hallazgos que provienen de dicha documentación histórica, triangulada con la información obtenida de los grupos focales entre los participantes del estudio.

Las diversas perspectivas cualitativas y el método histórico se convierten en reconocimientos públicos sobre el quehacer de sus individuos. A estos efectos, la investigación cualitativa apunta, entonces, a procesos y significados (Strauss & Corbin, 1998). Por consiguiente, desarrollar las historias de las Escuelas Laboratorio de la Facultad de Educación es, a la misma vez, estudiar la vida de las personas, la historia de sus participantes y su comportamiento, el desarrollo y los cambios de los movimientos sociales (Strauss & Corbin, 1998). Los datos recopilados en este trabajo servirán para desarrollar material didáctico e histórico acerca de los proyectos innovadores y multidisciplinarios implantados en las EL durante sus trayectorias.

Participantes

Para la investigación, se seleccionaron personas que han ejercido la dirección en las cinco escuelas laboratorio, así como miembros claustrales. La selección respondió a disponibilidad. En total, participaron diez individuos.

Preguntas de investigación

Las preguntas que guiaron esta investigación y análisis fueron las siguientes: ¿Cómo surgen las Escuelas Laboratorio de la Universidad de Puerto Rico? ¿Cuáles fueron sus orígenes? ¿Cómo relacionan la filosofía educativa, los currículos y las propuestas en los escenarios de estudio? ¿Cómo responden las Escuelas Laboratorio a la misión de la Universidad de Puerto Rico?

Procedimiento

Inicialmente, identificamos directores y docentes de las EL (tanto entre quienes todavía son miembros activos del claustro, como aquellos que ya se han retirado) para invitarles y explicarles en qué consistía el estudio y lo que conllevaría su participación en los grupos focales, incluyendo las medidas de protección hacia su persona. Para el personal docente activo al momento de llevar a cabo la investigación, además, se procedió a colocar —con el permiso del director o la directora— hojas de reclutamiento en varios lugares accesibles y visibles en las EL (tales como tablones de edicto), con el fin de divulgar los propósitos de la investigación e invitarles a participar. En el caso del personal retirado, se realizaron llamadas telefónicas a este fin e informarles sobre el particular. Una vez accedieron, se coordinaron las reuniones de los grupos focales, que se llevaron a cabo en el Salón 364 de la Facultad de Educación en la UPRRP. En cada reunión, se siguió el protocolo aprobado por el IRB del Recinto de Río Piedras. Los grupos focales se organizaron en tres sesiones, con una duración total de entre 90 y 240 minutos.

Análisis

A tono con los requisitos metodológicos, se utilizaron diversas estrategias congruentes con el diseño seleccionado para llevar a cabo la recopilación de información. Se realizó el análisis de contenido de las transcripciones ad verbatim y se codificó la información recopilada utilizando el programado de análisis cualitativo QSR NVivo 9 (Welsh, 2002), siguiendo las guías de codificación y análisis de Day (2014).

Hallazgos

Orígenes y fundamentos

Los orígenes de la Universidad de Puerto Rico (UPR) están fundamentados en las escuelas de práctica que se dedicaron a preparar a los futuros maestros del país a comienzos de siglo XX. En 1900, se estableció la Escuela Normal Industrial en el municipio de Fajardo, con el propósito de formar educadores que pudieran incorporarse al Sistema de Instrucción Pública (Rivera Vázquez, 1986). Un año más tarde, se estableció la Escuela Normal Insular en el entonces municipio de Río Piedras. Esta atendía la necesidad de desarrollo profesional de la clase magisterial de la época (Rivera Vázquez, 1999).

Con el establecimiento de ambas escuelas, quedó expuesta la urgencia de tener instalaciones que pudieran dirigirse a la práctica docente. Es por ello que, en 1902, se estableció la Escuela de Práctica, mejor conocida hoy como la Escuela Elemental (EE), en Río Piedras. Un año más tarde, se fundó la Universidad de Puerto Rico. Por consiguiente, la EE fue la unidad que dio paso a la creación de la UPR mediante la preparación de los maestros de normal (Escuela Modelo, 1904).

La EE, originalmente conocida como Colegio de Pedagogía, es la unidad, o escuela, con más tiempo adscrita a la hoy llamada Facultad de Educación Eugenio María de Hostos (EMH). Es, también, el departamento más longevo que tiene todo el sistema de la UPR, al ser el primero en fundarse. La Escuela Normal y la EE tuvieron como finalidad convertirse en centros de enseñanza teórica, de preparación práctica y preservicio para los futuros maestros. En 1940, la misión de la escuela fue revisada a modo de atemperarla a las necesidades existentes y así establecer una Escuela Laboratorio para el desarrollo, la investigación y la difusión de innovaciones educativas.

Durante las próximas dos décadas, la UPR continuó utilizando las experiencias de práctica docente en el nivel elemental. Con la creación de nuevos departamentos y escuelas profesionales en la Facultad de Pedagogía (convertida en Facultad de Educación a partir de 1989 y Facultad de Educación Eugenio María de Hostos desde 1995), surgen nuevas oportunidades que sirvieron de laboratorio para realizar observaciones, investigaciones y procesos didácticos.

En septiembre de 1913, se autorizó la fundación de la Escuela Superior (ES), hoy conocida como la Escuela Secundaria de la UPR. El Sr. Fred Fleagle —quien ocupara el cargo de Principal de la Escuela Normal entre 1909 y 1913, y luego Decano del Colegio Normal, de 1914 a 1920— recomendó su establecimiento, junto con la Facultad de Farmacia y la Escuela de Derecho, según la demanda por una formación más profesional. Poco después, esta comenzó a operar con tres grados superiores: décimo, undécimo y duodécimo. Quedaría consolidado el nivel secundario a finales de 1947, cuando se añadieron los grados séptimo, octavo y noveno. Sus objetivos estuvieron centrados en la creación de centros de práctica docente, así como en preparar estudiantes para cursos profesionales y maestros en el nivel secundario. Además, es centro de investigaciones y experimentación pedagógica. Sus educadores cumplen una doble función: la de maestros cooperadores y supervisores de práctica docente (Molina Iturrondo, 2009, p. 39). Esencialmente, la escuela ejercería como centro de observación, preparación de maestros y personal de apoyo al docente (Dreyfus et al., 1993).

En 1946, siguió la fundación de la Escuela Maternal (EM), conocida entonces con el nombre de Escuela Cooperativa. Esta se creó en respuesta a la inquietud de un grupo de profesores universitarios dirigidos por la Sra. Luz Martínez de Benítez (conocida como, Lulú Benítez), esposa del entonces Rector del Recinto de Río Piedras de la UPR, Jaime Benítez. Su objetivo fue ofrecer servicios a los hijos en edad preescolar de los profesores universitarios, proveerles un lugar donde pudieran interactuar con niños de su misma edad y tener experiencias adecuadas para su desarrollo. A la vez, serviría de escenario de práctica para los estudiantes que se preparaban en el área de Desarrollo del Niño. La EM ubicaba en un área que previamente había correspondido a un taller de mecánica ubicado donde actualmente se encuentran las facilidades del Museo de la Universidad.

El 10 de octubre de 1956, se presentó una solicitud de la Sra. Rosa Luisa Stefani, entonces directora del Departamento de Economía Doméstica, y la Sra. Lily Orlandi Gómez, directora de la Escuela Maternal, a los efectos de reconocer oficialmente la instalación con dicho nombre. El documento dispone:

En el año 1947, un grupo de madres, esposas de miembros de la facultad de la Universidad de Puerto Rico, se dirigió a la directora del Departamento de Economía Doméstica para solicitar de dicho departamento que se hiciera cargo del funcionamiento de una escuela cooperativa que ellas habían organizado, pero ya se les hacía difícil administrar. El Departamento de Economía Doméstica, que siempre había tenido el propósito de tener una escuela maternal con fines educativos, vio en esta oportunidad un punto de partida para la consecución de ese propósito; y así hizo cargo de auspiciar dicha escuela maternal. (Stefani & Orlandi Gómez, 1956)

Posteriormente, las organizadoras de la EM se reunieron con la Dra. Lydia J. Roberts, directora del Departamento de Economía Doméstica de la facultad, para solicitarle que se hiciera cargo de la escuela (Ortiz & Corujo, 2001). A partir de entonces, el departamento (que posteriormente se convirtió en la Escuela de Ecología Familiar y Nutrición) fue responsable de organizar y auspiciar la EM. Es entonces cuando la Escuela de Economía Doméstica procedió a contratar los servicios de la profesora Orlandi Gómez en calidad de Maestra Encargada. Para esa época, esta había regresado de Estados Unidos con un grado de Maestría en Economía Doméstica, con concentración en Desarrollo del Niño. Fue la primera persona con esa preparación en Puerto Rico. Según dice una participante en el grupo focal:

[…] Así que ella viene con la visión de Estados Unidos, de una Escuela Laboratorio, donde sus estudiantes intervenían con experiencias. La universidad [UPR] no la tenía, así que esta oportunidad fue vital para que ella incorporara esa visión que ella trajo. Así es que, pues, no tenía presupuesto, no tenía nada; así que esas facilidades se prepararon con un material mínimo, siguiendo un programa que ella más o menos siguió de Estados Unidos, donde el juego era el medio de expresión para que el niño aprendiera; unas experiencias sencillas. Así fue que inició la escuelita, pues marca lo que, a través de la historia, pues, la escuela ha asumido: ha sido, pues, proveer esa innovación en un campo que estaba empezando en Puerto Rico, de educación preescolar. (GFD2)

En 1956, la EM pasó a sus actuales facilidades, ubicadas en el primer nivel de la Casita de Práctica de la Escuela de Economía Doméstica, frente a la Facultad de Educación. Para ese entonces, la Escuela contaba solo con un grupo de niños en la mañana; luego, se amplío la oferta a un segundo grupo en la tarde. Este ofrecimiento duraría hasta 2012.

En 1965, y en vías de responder a los cambios sociales y las necesidades de la familia puertorriqueña, la Escuela de Economía Doméstica comenzó un Bachillerato en dicha especialidad con concentración en Desarrollo del Niño. Es cuando la EM se convierte en el escenario donde estos estudiantes pondrían en práctica lo que aprendían. En la actualidad, la EM y el bachillerato en Educación Preescolar están adscritos al Departamento de Programas y Enseñanza de la Facultad de Educación.

La cuarta escuela en fundarse fue el Centro de Desarrollo Preescolar (CDP), que data de 1987. Su establecimiento responde a una solicitud de la Hermandad de Empleados Exentos No Docentes (HEEND), organización que buscaba beneficios para su matrícula y evitar los reclamos de tardanzas en el trabajo, ante la necesidad de tener un lugar adecuado para atender a sus hijos de edad preescolar. Así se documenta en el informe de este centro en el año académico 2016-2017:

El Centro de Desarrollo Preescolar (CDP), antes conocido como el Centro de Cuidado Diurno, para los hijos de empleados del Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico, comenzó sus funciones en enero de 1987. El mismo surgió como una de las condiciones de trabajo negociadas entre la Administración de la Universidad de Puerto Rico y la HEEND, según consta en el Convenio Colectivo del año 1986-1989, artículo LV. El Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico iniciará la operación de un Centro de Cuidado de Niños para los hijos de empleados universitarios en el mes de enero de 1987 en dicho Recinto, según los acuerdos tomados por el Comité que nombrara la Administración Universitaria a esos efectos. (Serrano Alicea, 2017)

Este dato se corrobora en los comentarios de los participantes del grupo focal, dos de los cuales expresan:

[…] En enero del ’87, se aprueba este primer centro, o sea, el Centro de Desarrollo Preescolar, que se llamaba Centro de Cuidado Diurno. Y estaba en las gradas… en las gradas que eran en los bajos del parque [hoy Parque del Centenario]. Estuvieron solamente un semestre. Fueron 38 niños los que se admitieron en ese entonces. Luego, se mudan a las nuevas facilidades, que estamos… que ahora mismo estamos, al lado de Plaza Universitaria. Y eso fue en agosto del ’87. (GFD4)

[…] Esto logró una lucha sindical, una lucha de unión. Y es porque [la Oficina de] Recursos Humanos, hace 30 a 35 años, tenían un problema de asistencia y tardanzas de sus empleados. Hicieron un cuestionario y muchos padres indicaron que no tenían un lugar seguro, un lugar cerca para donde dejar a sus hijos mientras estaban trabajando. De ahí surge este beneficio. El costo son 50 dólares, un pago reducido, cubriendo todos los componentes, en un horario de 7:00 a.m. hasta las 4:45 p.m. (GFM1)

Profesoras del Programa de Desarrollo del Niño colaboraron en esa iniciativa, en la conceptuación y el diseño. Ese centro de Cuidado Diurno evolucionó en 1992, cuando pasó a la Facultad de Educación y se construyó un centro laboratorio que eventualmente serviría de modelo para otros centros preescolares en el sistema UPR:

El Centro Preescolar fue precursor. El Centro Preescolar de aquí, Río Piedras, fue precursor en esta iniciativa, de ser un centro de cuidado para hijos de empleados. Y ganamos el Congreso: el Congreso dio un premio a la Universidad de Puerto Rico por ser el primero en establecer estos centros. Déjenme decirles cuál fue el premio que ganó, es el Child Care por haber sido los pioneros. Luego de eso, pues, se fueron creando los demás centros en los otros recintos. Actualmente somos ocho Centros Preescolares en los recintos. (GFD4)

El último centro de práctica y observación pedagógica en establecerse fue el Laboratorio de Infantes y Maternales (LIM), que ofrece servicio de “educuidado” a infantes y maternales hijos de estudiantes del Recinto de Río Piedras. Fue producto de una propuesta que auspició la Administración para el Cuidado y Desarrollo Integral de la Niñez (ACUDEN), una agencia gubernamental que administra los fondos federales del Programa para el Cuidado y Desarrollo del Niño (Child Care) en Puerto Rico (Decanato de Estudiantes, 2018).

La UPR estableció el Proyecto Modelo Innovador Laboratorio de Infantes y Maternales en 1992, como una iniciativa de María Isabel López de Cruz. Siendo profesora de la Escuela Maternal, tuvo la visión de crear un centro de observación para infantes y maternales, ya que, en ese momento, no existían centros o escuelas laboratorio que atendieran bebés en sus primeros dos años de vida. Solo había lugares para la población preescolar (a partir de los tres años). López de Cruz, en colaboración con la Decana de Estudiantes en aquel momento, la Profa. Ivette Castro, sometieron una propuesta a la Oficina de Servicios al Niño y Desarrollo Comunal (SENDEC), hoy conocida como la Administración de Familias y Niños, con la intención de crear un Laboratorio de Infantes y Maternales dirigido a los hijos de los estudiantes del Recinto de Río Piedras. La propuesta fue aprobada en enero de 1993, e inmediatamente el centro comenzó a ofrecer servicios a 20 niños entre las edades de dos meses de nacidos a dos años y seis meses.

[…] Y me acuerdo de que, un verano, me encuentro a Ivette, abajo en el lobby, a Ivette Castro, y le digo a Ivette: “Ay, Ivette, esas mamás con esos nenes; ay, eso es un maltrato en cualquier… metidos en un salón de clases”. Hubo maestros que prohibieron que los niños entraran al salón; tenían que dejarlos afuera; eso es un maltrato. Entonces, ella me dice: “Ay, mira, yo [me] enteré [de] que hay un dinero para programas”. Entonces, ahí comienza la propuesta. Pero ella lo había pensado para red de cuido para los estudiantes, y yo le digo que: “nosotros, aquí en Río Piedras, para tener un Centro… mira, que aquí nosotros, en la escuelita está allá al lado”. (GFD1)

Este fue un logro muy acertado, y el LIM se convirtió en el primer centro laboratorio en Puerto Rico y el Caribe en atender la población de infantes y maternales. Esto completó los ofrecimientos del programa de bachillerato en Educación Preescolar, al tener disponible un lugar en el cual los estudiantes pudieran hacer observaciones y prácticas en este nivel (dicho bachillerato también pertenece a la Escuela de Ecología Familiar y Nutrición). Asimismo, amplía las oportunidades, al permitir que los alumnos del programa lograran tener una visión total y completa del desarrollo integral del ser humano en sus primeros cinco años de vida.

Enfoque de las Escuelas Laboratorio

La Asociación Internacional de Escuelas Laboratorio (conocida como IALS por sus siglas en inglés) señala cinco características que debe tener una institución de contexto educativo para ser considerada como escuela laboratorio. Dichos componentes son: investigación, desarrollo profesional, desarrollo curricular, formación docente y experimentación educativa (IALS, 2019). Las Escuelas Laboratorio de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras, sirven, particularmente, como centros de observación, investigación y práctica para educadores en formación e investigadores. De este modo, buscan mejorar y transformar los procesos de enseñanza y aprendizaje, y la integración de tecnologías emergentes al salón de clases. El currículo de las EL está sustentado en los principios de participación democrática, crítica y reflexiva.

Las escuelas están en constante cambio, cónsono con las nuevas corrientes inter- y multidisciplinarias, para crear ambientes de práctica docente, observación, investigación e innovación. Sus currículos se sustentan en los paradigmas sociocrítico e interpretativo cultural cobijados bajo los principios que rigen las comunidades de aprendizaje:

Son currículos continuos, dinámicos, innovadores y bien centrados en los intereses de los estudiantes. Centrados en crear seres humanos íntegros, que en todas las áreas ellos puedan desenvolverse y sentir aprecio por ese conocimiento que están adquiriendo. (GFD-1)

Las escuelas laboratorio también desarrollan proyectos que brindan al estudiantado la oportunidad de participar en actividades educativas, culturales, sociales, deportivas y recreativas. Así, responden a la diversidad de intereses y necesidades de los niños y padres que forman parte de la comunidad de aprendizaje luego del horario escolar. Las escuelas están acreditadas por diversas agencias que apoyan y sustentan la gesta educativa, entre estas el Consejo de Educación de Puerto Rico, la Middle States Association, AdvancED (hoy Cognia) y la National Association for the Education of Young Children (NAEYC). En adición, la EE particularmente forma parte del grupo selecto de escuelas Microsoft Showcase (comunidades educativas globales comprometidas con la transformación digital dirigida a mejorar los procesos de enseñanza y aprendizaje). Es relevante señalar que, desde 1990, la EE ostenta la acreditación de la Middle States Association - Commissions on Elementary and Secondary Schools (MSA-CESS), mientras que la ES la obtuvo en 2020, cuando se convierte en la primera escuela pública del nivel secundario en Puerto Rico en lograrlo.

Conclusiones

Las Escuelas Laboratorio de la Facultad de Educación han estado entrelazadas en sus procesos visionarios con respecto a su desarrollo presente y futuro. Los cinco centros académicos comparten el hecho de ser modelos en sus prácticas educativas y de servicios para los futuros maestros y comunidades escolares. Estas expresan continuamente el desarrollo de prácticas noveles y currículos de vanguardia basados en el ser humano integral.

Figura 1

Línea del tiempo de la fundación de la Universidad de Puerto Rico, escuelas y departamentos.

Línea del tiempo de la fundación de la Universidad de Puerto Rico, escuelas y departamentos. Comienza con el año 1900, cuando se funda la Escuela Nornal Insultar en Fajardo, y se extiende hasta 1992, cuando se establece el Laboratorio de Infantes y Maternales, en la UPRRP, según se narra en el artículo.

Las escuelas operan como espacios de creación, diseño y área de investigación-acción. Son centros donde continuamente se realizan proyectos con impacto, tanto nacional como internacional. Además, tienen proyección internacional a través de sus egresados y docentes en la exposición de investigaciones. A nivel nacional, son reconocidas por el alcance en los resultados de las puntuaciones y actividades que trascienden la población estudiantil a la que atienden, desde infantes hasta adolescentes. Así, contribuyen a la convivencia democrática, solidaria y comprometida con el medioambiente. A través de sus diversas ofertas educativas, exponen el modelo para otros espacios tanto públicos como privados. En ello radica su éxito, probado en sus egresados, en las continuas participaciones de la comunidad escolar en diversos escenarios del país; éxito que está atado al hecho de ser entes activos en el desarrollo del pueblo puertorriqueño. Por consiguiente, las Escuelas Laboratorio son el resultado de iniciativas innovadoras que sirven de patrimonio para la Facultad de Educación por su pertinencia en la educación y el servicio que trasciende las generaciones.

En una contribución futura, esperamos explorar la riqueza de sus currículos y cómo estos han transformado el sistema educativo por medio de los resultados de sus egresados. Los esfuerzos para realizar esta investigación demuestran los lazos cooperativos que existen entre ellas, sus lineamientos vinculados a la Universidad y el compromiso que tienen con la sociedad.

Referencias

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Notas

1   Este escrito utiliza, principalmente, el género gramatical masculino, en su valor neutro, para incluir a todos los géneros (N. del E.).