Résumé
El videojuego es considerado como una actividad de ocio, sin otro propósito que generar goce en los videojugadores. Sin embargo, diseñadores como Molleindustria o Gonzalo Frasca entienden que el videojuego puede emplearse como una herramienta política de carácter formativo. El contenido de el videojuego político debería ser crítico a las condiciones socioeconómicas que atraviesan la vida ordinaria de los jugadores, e instigarlos a transformar políticamente sus circunstancias. A este tipo de videojuegos se les denomina videojuegos críticos. Por otra parte, acciones lúdicas como el "sequence breaking", transgredenla idea en la cual los videojugadores se encuentran subordinados a accionar según las reglas y expectativas de los diseñadores de videojuegos. El ludólogo Espen Aarseth define este tipo de acciones como trangresivas y pueden considerarse como acciones políticas en tanto quiebran un orden que asume de antemano que los jugadores se encuentran subordinados a jugar de acuerdo a la voluntad de los diseñadores.
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